El mercado de trabajo está en caída libre. A 31 de diciembre de 2008 había en España 3.207.900 de parados, la tasa sobre población activa rozaba el 14% y, lo más dramático, 827.000 hogares tienen ya a todos sus miembros en el desempleo, el doble que un año antes. Sobran las palabras, los datos hablan por sí mismos; son la cara más amarga de un vendaval económico que no tiene precedentes, que destruye puestos de trabajo a un ritmo desconocido (620.000 en 2008) y que exige medidas con urgencia, imaginativas, que animen a las empresas a contratar no a despedir a sus empleados, como está ocurriendo. Si creciendo la economía española perdió en doce meses un 3% de su fuerza laboral, hay que preparse si no se toman medidas para lo que vendrá en 2009, cuando nuestro país entrará de lleno en la recesión. Los últimos datos de la EPA son una lección de realidad para aquellos que sostienen que la crisis no es tan grave como dicen algunos y tampoco dejan hueco para las alegrías léxicas que últimamente se gasta el ministro de Economía, Pedro Solbes. No es admisible decir aquello de que «hemos utilizado todo el margen que teníamos contra la crisis» porque la mella de la crisis sobre el empleo avanza sin tregua. Es necesario un cambio de modelo, reformas económicas basadas en la flexibilidad, menos impuestos, especialmente para las empresas y sobre todo menos gasto público y más estabilidad presupuestaria. No caben ya Sr Zapatero ningún tipo de medidas de gasto público, esas medidas electoralistas a las que nos tiene acostumbrados en los últimos meses.
La situación es insostenible desde el punto de vista social. Los ciudadanos, sobre todo aquellos núcleos familiares que tienen a todos sus miembros en el desempleo, necesitan prestaciones por paro para subsistir, pero lo que realmente necesitan no es que se les lance un salvavidas para que no se ahogen, piden a gritos que se les recupere para el mercado de trabajo, poder subirse de nuevo al barco del empleo, ahora tocado. Y para ello es necesario y urgente buscar la eficacia perdida en la intermediación laboral para poder acortar la duración del desempleo y estimular así la creación de nuevos puestos de trabajo.
Publicado en: http://www.abc.es/20090125/economia-laboral/paro-imparable-20090125.html
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