Según datos del Instituto de la Empresa Familiar, este tipo de compañías -más de dos millones y medio en España- representan el 75% del empleo privado, facturan una cantidad equivalente al 70% del PIB nacional y, además, disfrutan de una vida media que alcanza los 30 años. Pero, ¿qué factores influyen decisivamente en la excelente salud de estas sociedades? Aunque podemos destacar la armonía de intereses y la paciencia, un estudio a nivel internacional, realizado por 11 escuelas de negocio diferentes, concluye que el verdadero secreto reside, efectivamente, en la familia.
A nivel mundial, con casos como el de Toyota, y aquí, en España, con Inditex al frente, la empresa familiar continúa demostrando su poderío, avalado por miles de multinacionales que, a pesar de haber superado el relevo generacional incluso en varias ocasiones, mantienen intactas su afán por crecer. Y lo consiguen.
En nuestro país, según datos del Instituto de Empresa Familiar, operan más de dos millones de medio de compañías cuyos responsables, aunque hayan cambiado con el paso de los años, pertenecen a la misma familia.
Respecto al estado de estas empresas, los datos no dejan lugar a dudas: dan empleo a más de nueve millones de trabajadores, se embolsan cada año un equivalente al 70 por ciento del PIB nacional, representan el 30 por ciento de la capitalización bursátil y el 50 por ciento de las compañías que cotizan en Bolsa. Más allá, estas compañías suelen disfrutar de una vida que, de media, suele llegar a los 30 años.
Tanto es así que estas sociedades se han convertido en un atractivo reclamo para inversores interesados en nuevas oportunidades, tal y como muestra Credit Suisse, responsable del primer índice de empresas familiares -Family Index- que incluye hasta 22 firmas europeas, entre las que no se encuentra ninguna de origen español por el momento.
En su día, el banco suizo aseguró que la clave del mayor rendimiento de estas empresas está en una estrategia de gestión diferente basada en una orientación de objetivos a largo plazo, una armonía de intereses, con un representante de la familia al frente de la directiva, así como la capacidad para centrarse en el negocio principal olvidando otras estrategias coyunturales.
En pos de ir un poco más allá, 11 escuelas de negocio internacionales -entre las que se encuentran las españolas Esade y el Instituto de Empresa- se han lanzado a investigar cómo se consigue transmitir el espíritu emprendedor durante generaciones, analizando casos reales para establecer unas pautas. Entre las primeras compañías analizadas, dos españolas que van por la quinta generación: Laboratorios Uriach, que opera desde hace 169 años, y Carbonell, con una solera similar.
Son dos ejemplos de empresa familiar que ya han participado en el Proyecto STEP (Successful Transgenerational Entrepreneurship Practices), nombre que ha recibido el estudio que en breve ampliará su radio de acción a compañías asiáticas, estadounidenses y latinoamericanas, y que tendrá una duración de dos años.
Aunque aún es pronto para alcanzar conclusiones, los expertos ya han determinado que las empresas que consiguen transmitir el espíritu emprendedor durante varias generaciones tienen una estrategia muy centrada en el fundador. “La cultura del emprendedor está muy presente en el ADN de la empresa y la influencia de los mayores sigue siendo determinante para la toma de decisiones”, ha afirmado Tim Habbershon, director del Institute for Family Entreprising de Babson, prestigiosa escuela de negocios estadounidense.
Según la investigación en marcha, ser emprendedor es un valor para este tipo de familias, aunque esto no implica la obligatoriedad de realizar cambios sustantivos cuando sea necesario. “Los miembros de la familia comparten la visión de que la empresa debe asumir riesgos, innovar y crecer, y se plantean como meta impactar en la sociedad creando riqueza y bienestar y empleo”, afirma Alberto Gimeno, profesor de empresa familiar en Esade.
Por otra parte, las empresas emprendedoras están orientadas al cliente y consideran que, junto con la personalización, este elemento es central para su estrategia de futuro. De acuerdo con esto, “éxiste la convicción de que no hay límites en la capacidad para competir de la empresa, ya que la empresa familiar transmite la seguridad a la organización de que no hay limitación en los proyectos que puede abordar, lo que provoca un sentimiento positivo sobre el hecho de que será capaz de encontrar recursos para competir en cualquier circunstancia”.
A colación de esto último, “las empresas bien gestionadas son las que son capaces de generar nuevas innovaciones y transmitirlas a las nuevas generaciones”, ha matizado el profesor Habbershon. “Cuando inician un negocio enseguida tratan de maximizar su valor, creando otras líneas y abriendo nichos de mercado, con el fin de controlar a los proveedores, a los clientes y satisfacer los diferentes intereses de otros miembros de la familia. Es por ello que crean tantos negocios paralelos al central”, añade.
El momento más crítico para una de estas empresas, la sucesión, no ofrece muchos riesgos reales, según ha adelantado el estudio, porque “se tiene conciencia de la necesidad de equipos directivos de alta calidad, por encima de la complejidad de las relaciones familiares”, explica Alberto Gimeno.
Entre otros desafíos que este colectivo ha sabido abordar, destacan el impregnar la organización de valores y cultura y combinarlas con otras dimensiones denominadas “duras”, como es la estrategia, el gobierno y las relaciones. Además, son expertos en el tratamiento de las contradicciones, como es la tradición y la innovación, el corto y largo plazo, la continuidad y la reestructuración, la convivencia entre la sabiduría de los séniors y las iniciativas de los júniors, o la empresa y la familia.
El apunte más interesante lo ponen al preguntarse por lo intereses particulares de cada miembro de la familia (y de la empresa), sobre lo que el estudio concluye que la creación de patrimonio y de riqueza personal no es lo que motiva a las generaciones venideras, no determinan el comportamiento de los sucesores. “Ser emprendedor dentro de una empresa familiar no implica ambición por conseguir intereses personales, sino que esta actitud corresponde más a la necesidad de dejar un legado empresarial. Es una manera de contribuir al desarrollo y avance de la sociedad”, avanza el informe.
El mercado nacional de la franquicia también ofrece ejemplos tales como es el caso de Mango, con los hermanos de origen turco Isaac y Nahman Andic al frente desde hace 20 años, Barceló, con tres generaciones de experiencia, peluquerías Cebado y la red de joyerías Yanes.
http://www.tormo.com/noticias/14623/%C2%BFCual_es_el_secreto_de_la_empresa_ familiar?.htm
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