Los costos y beneficios de los salarios mínimos legales son objeto de controversia
La patronal y el PP advierten de los riesgos inflacionistas y del aumento del paro
'El hecho de tener el SMI de 570 euros permite que haya mileuristas', afirma un economista.
LUCÍA GONZÁLEZ
La conveniencia de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) contiene juicios de valor. Ni siquiera se ponen de acuerdo los economistas, que vierten afirmaciones contradictorias en un debate que afecta de forma directa a menos del 1% de trabajadores -unas 200.000 personas, la mayoría mujeres- que reciben esta retribución en España.
UGT y CCOO han propuesto al Gobierno y a los empresarios subir el salario mínimo un 8% anual durante los próximos ocho años, lo que colocaría su cuantía en 816,5 euros mensuales en 2012 y en 1.111,1 euros en 2016. Se llegaría entonces a un nivel equivalente al 60% del salario medio neto recomendado por la Carta Social Europea (CSE), suscrita por España en 1985 y que constituye una demanda histórica de los sindicatos.
Los 800 euros con la vista puesta en 2012 son un objetivo "factible" -según el Ministerio de Trabajo- que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha transformado en promesa electoral. El vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, acostumbrado a utilizar el freno de mano, se ha mostrado más cauto.
El SMI se ha convertido en un arma arrojadiza de transfondo ideológico sobre la que en muchos aspectos hay más luces y sombras. Estas son las variopintas opiniones al respecto de los economistas consultados.
¿Qué beneficios puede tener subirlo a 800 euros?
La primera es que las personas que lo cobran verán mejorado su nivel adquisitivo, afirma de forma tajante el economista del gabinete económico de CCOO Carlos Martín. También puede ser positivo en términos de productividad. El director del departamento de Política Económica de la Facultad de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Villota, destaca que "incluso puede tener un efecto favorable sobre la eficiencia del trabajador, al disminuir la tasa de rotación de los empleados y aumentar su implicación con la empresa". Eso sí, siempre que se trate de un "aumento moderado".
He aquí uno de los puntos álgidos del debate. ¿Qué es lo moderado? El profesor del IESE José Ramón Pin indica que el mayor problema es "encontrar el punto de equilibrio que permita mejorar el nivel de vida de las personas que lo cobran sin fomentar el paro en las clases menos favorecidas", que son, precisamente, a las que trata de agraciar una subida del SMI.
"En estos momentos lo cobra menos del 1% de los trabajadores, lo que de alguna forma quiere decir que está bien calculado porque defiende a una parte mínima de la población", añade Pin. Los economistas más liberales, explica este experto, son contrarios a establecer un sueldo mínimo porque interpretan que es el mercado el que debe fijar ese umbral. "Desde un punto de vista de sensibilidad social y teniendo en cuanta que a veces se producen abusos por parte de empleadores, el SMI se convierte en un instrumento para las personas que tienen más dificultad a la hora de defenderse".
Villegas resalta también que el SMI funciona como "una especie de red de seguridad, de colchón para que los salarios no bajen excesivamente". En su opinión, "el hecho de que tengamos un salario mínimo de 570 permite que haya mileuristas; si no quizás estaríamos hablando de 'setecientoseuristas'".
¿Qué consecuencias perjudiciales puede tener?
La patronal ha señalado como 'peligro' de esta subida que se pueda producir un 'efecto contagio' en la negociación colectiva de los salarios mínimos de convenios laborales si los sindicatos presionan con subidas que las empresas no están dispuestas a conceder. Pero, según el economista CCOO, "lo que mueve a los sindicatos a demandar subidas de salarios mínimos en los convenios no es cómo esté el SMI, sino el hecho de que la economía y los empresarios crean trabajos de muy mala calidad".
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) pone el acento en los riesgos alcistas para la inflación que tendría una subida pronuncia del SMI. Desde CCOO aseguran que tomando como referencia el deflactor del PIB se constata que la mitad de la subida de precios desde 2004 se debe al alza de los márgenes empresariales y que la subida de los salarios sólo es responsable de un tercio de ese aumento.
Mientras, el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha destacado que, además de incrementar los precios, puede frenar la creación de empleo. "No hay ninguna base sólida empírica que lo demuestre", explica Villota.
¿Cuál es el mejor momento para subir el SMI?
De nuevo, discrepancias. "Lo mejor es hacerlo cuando faltan trabajadores para las empresas. No creo que sea el caso ahora mismo, precisamente por estarse desacelerando la economía", afirma el vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Navarra, Antonio Moreno Ibáñez.
Villota lamenta que ahora "la coyuntura está politizada psicológicamente", lo que condiciona el debate, y subraya que "no hay que magnificar la trascendencia" de esta subida porque "en ningún caso va a suponer el colapso de la economía".
¿Qué efectos puede tener en las categorías laborales superiores?
Ninguno directo, porque no suelen estar vinculadas al SMI. En este punto coinciden todos los economistas consultados, ya que esta retribución beneficia a todas las personas que no están cubiertas por la negociación colectiva.
"Vivimos en un mundo muy competitivo en el que no se puede hacer una política de subida de salarios indiscriminada, porque en las economías abiertas y globalizadas esto tiene un castigo inmediato", afirma por su parte Villota. En opinión de este economista, sindicatos y patronal ya han demostrado tener "una madurez suficiente".
¿Cuál ha sido la evolución del SMI?
En lo que va de legislatura, el salario mínimo ha alcanzado un incremento acumulado del 17,4% frente al 17,7% que subió entre 1996 y 2004, según datos del Ministerio de Trabajo.
Para 2007 el salario mínimo para cualquier actividad quedó determinado en 19,02 euros por día ó 570,60 euros al mes, por lo que se considera ilícito contratar a un trabajador por un sueldo menor. El Gobierno ha afirmado que está a punto de cerrar el acuerdo con los agentes sociales elevarlo a 600 euros a partir del próximo 1 de enero, lo que supone el cumplimiento del programa electoral con el que los socialistas se presentaron en 2004.
Su cuantía la fija anualmente el Gobierno, mediante Real Decreto, previa consulta con las organizaciones sindicales y asociaciones empresariales más representativas. Para ello se tiene en cuenta el índice de precios al consumo (IPC), la productividad media nacional y la coyuntura económica, entre otros factores.
http://www.elmundo.es/mundodinero/2007/10/23/economia/1193135605.html
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