domingo, 22 de julio de 2007

La industria de la automoción coge ritmo y vuelve a generar empleo

La renovación de los modelos y la llegada de nuevos proyectos de inversión han cerrado la crisis abierta por el cierre de TRW.
G. ARCE

La estratégica industria auxiliar del automóvil vuelve a respirar tranquila, o eso parece, a tenor de la intensa actividad que están desplegando las principales plantas productivas burgalesas y por la demanda de nuevos empleos que esta generando este sector tras el parón de los últimos años. Así lo ven los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que dan por cerrada la crisis de identidad abierta con el cierre de TRW; y también -en parte- la patronal del metal, Femebur, desde donde se advierte, no obstante, que la preocupación por el futuro persiste y que aún son necesarios mayores esfuerzos en reducción costes y flexibilidad laboral para mantener la competitividad.

Sindicatos y patronal coinciden en que el actual descenso que sufre el mercado del automóvil en España genera principalmente un problema de consumo no de producción, dado que entre el 50% y el 70% de los componentes que salen de los polígonos de Burgos se destinan a Europa e incluso a otros mercados internacionales como Norteamérica o África, entre otros. «España es una parte del mercado, Europa es nuestro mercado», concluyen. De hecho, la última crisis en el sector ha coincidido con unas cifras récord de venta de turismos en España.

En los últimos meses, las plantas burgalesas han incrementado el ritmo de producción para atender las inversiones relacionadas con los nuevos modelos renovados y para culminar los compromisos adquiridos con los que ya están finalizando su vida comercial. Se están produciendo cambios en las producciones y Burgos, al menos por ahora, no ha salido perdiendo.

Se ve con «cierta tranquilidad» el hecho de que en los últimos tiempos se haya despejado el futuro de plantas tan estratégicas para Burgos como Renault en Palencia y Valladolid, Volkswagen en Navarra, Nissan en Ávila, Iveco en Valladolid, Mercedes en Vitoria, PSA en Vigo, Opel en Zaragoza o Ford en Valencia, entre otras. «Este cambio de tendencia nos da tranquilidad e incluso esperamos que en un plazo de año o año y medio haya una carga de trabajo mayor para las plantas locales, porque esperamos que varios modelos de la misma marca -el nuevo y el que dejará de comercializarse- convivan», señala Juan Ignacio Ruiz, secretario general de la Federación Siderometalúrgica de CCOO.

El caso más emblemático será el del Renault Megane, el coche más vendido en España en los últimos años, que inicia un periodo transición hacia el nuevo modelo y que tiene como referencias la planta de ensamblaje de Palencia y un nutrido grupo de industrias auxiliares, entre ellas varias emblemáticas de la capital burgalesa. Ni qué decir de la tranquilidad que ha traído aparejada la producción de componentes para el Citröen C4 Picasso y su antecesor Xsara Picasso, aún presente en el mercado.

El principal beneficio de estas nuevas inversiones es el empleo, que vuelve a prosperar tras la sequía de los últimos dos años. Al menos, media docena de industrias, según apunta Ramiro Marijuán, secretario de MCA-UGT, están generando puestos de trabajo de forma significativa. Entre ellas, apunta, Fabisa, Grupo Antolín Ardasa, Grupo Antolín Ara o Ansa Lemförder... Además, en varias mesas de negociación se analizan los pros y los contras de la ampliación de nuevos turnos.

«Esto no quita que no estemos vigilantes, porque a la vez que vemos la llegada de proyectos de inversiones competitivos, contemplamos cómo se dejan morir otras plantas y se llevan su carga de trabajo a otros países».

costes. Desde la Federación de Empresarios del Metal, donde está representada la industria auxiliar del automóvil, se reconoce que la situación ha mejorado, e incluso que hay plantas casi al límite de capacidad productiva, aunque se insiste que hay temores que siguen presentes: «Ninguna industria puede tener garantizada su vida como empresa más allá del horizonte de su plan de negocio». Estos son 4 ó 5 años, según apunta el presidente de Femebur, José Ignacio Martínez.

Burgos ‘disfruta’ de uno de los convenios sectoriales «más caros» de España, en el 3º y 4º puestos nacionales, que soportan unas subidas salariales anuales de entre el 5% y el 6%, si al IPC (ya de por sí superior al europeo) se le añaden mejoras como la antigüedad, nocturnidad y pagas extraordinarias.

Salvo el caso del Grupo Antolín, el resto de multinacionales que operan en Burgos lo hacen a través de decisiones que se toman en el extranjero. «Tenemos que hacer méritos y ser mejores que otros, ser más rentables moderando nuestros salarios y ser más flexibles pero no a precio de hora extraordinario. Tenemos que adaptarnos al mercado sin un coste adicional».

Publicado en: http://www.diariodeburgos.es/secciones.cfm?secc=Local&id=492432

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