Si en 2006 la economía española creó 600.000 nuevos puestos de trabajo, en 2007 sufrirá un pequeño bajón, ya que sólo se generarán 450.000 empleos, según un análisis del Instituto de Estudios Económicos (IEE). El Producto Interior Bruto aumentará un 3,7%, dos décimas menos que en 2006, y los precios ascenderán un 2,5%.
Carlos Solanillos. Revista Capital/MADRID.- El empleo será uno de los principales perjudicados por el menor crecimiento de la economía española en 2007, según el Informe de coyuntura económica realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). En concreto, se reducirá en 150.000 el número de nuevos puestos de trabajo respecto al año anterior. De esta manera, la tasa de paro se situará en un 8,1%, sólo cuatro décimas por debajo de la de 2006.
En opinión del instituto, las razones por las que este crecimiento será menor se basan en los altos costes del despido, que reducen la productividad del trabajador, y la prestación por desempleo, que debe centrarse en la formación, la reinserción en el mercado, y la eliminación del riesgo moral del parado de larga duración.
El PIB aumentará un 3,7%, frente al 3,9% de 2006, con una inflación del 2,5% cada vez más cerca del 2% que Europa se marca como objetivo anual. Pese a este balance favorable, el Instituto ha alertado sobre la importante pérdida de dinamismo que estos datos señalan, que pondrá freno a la trayectoria ascendente del último año y medio. Dos han sido los factores señalados como las claves de esta desaceleración: la reducción del consumo privado y la pérdida de fuerza del sector inmobiliario como motor de la economía.
Ese menor consumo ha sido consecuencia del endurecimiento de los tipos de interés en Europa. Los españoles dedican cada vez una mayor parte de sus ingresos al pago de la deuda, lo que repercute en una menor renta disponible y un menor gasto en bienes de consumo. Además, la situación puede empeorar algo más, ya que el IEE espera una nueva subida de tipos a finales de año, situándola en el 4,5%.
En cuanto al segundo de los factores, el director del Servicio de Estudios del IEE, Gregorio Izquierdo, ha apuntado: "aunque la reducción en el número solicitudes de hipotecas y de transacciones de viviendas indican una pérdida de impulso en el mercado inmobiliario, esto no afectará a corto plazo a una actividad constructora cuya desaceleración se producirá de forma suave gracias a la alta inercia del sector". Para enfrentarse a este cambio de ciclo económico y lograr sostener el crecimiento actual, Izquierdo ha remarcado la necesidad de realizar políticas que fomenten la inversión en bienes de equipo "cuantitativa y cualitativamente".
Otro aspecto sobre el que el informe hace especial hincapié son las reformas en materia fiscal. Según los datos del IEE, la recaudación obtenida de los impuestos durante el primer trimestre del año sólo se ha reducido en 600 millones de euros, con lo que la bajada de impuestos anunciada por el Gobierno parece insuficiente.
Para reducir esta tendencia del gasto, el presidente del IEE, Arturo Gil, ha apostado en sus recomendaciones por una bajada del impuesto de sociedades, la supresión del de transmisiones, y, muy especialmente, una reforma fiscal enfocada a un aumento del IVA al estilo alemán acompañada de una reducción de los impuestos directos.
"Estamos en una carrera de gasto público descontrolada", ha aseverado Izquierdo. "Para tener un margen de maniobra adecuado en caso de crisis, sería necesario un 3% de superávit en las cuentas públicas, y no el 1% actual. El conjunto de males de la economía española sería menor si los agentes ahorraran y no se vieran obligados a recurrir a los créditos".
Aparte de estos desequilibrios, la solidez de la economía mundial es alentadora para los intereses de la economía española, con la evolución de la economía estadounidense como la gran duda y la bonanza de Iberoamérica como grata sorpresa para los intereses de España. Europa, principal destino de sus exportaciones, mantiene su ritmo de crecimiento en torno al 3%, con Alemania en un sólido 3,3%.
Preocupa, no obstante, la balanza comercial: se mantiene un saldo negativo, con las exportaciones creciendo un 1,5% por debajo de las importaciones en 2007. Aunque este crecimiento sea menor que el registrado el año anterior, en el que la balanza ha variado un 1,8%, Izquierdo ha matizado que no se hace con la intensidad debida: "no aumentamos nuestra cuota de mercado, y aún existe una falta de competitividad".
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