viernes, 3 de julio de 2009

EL PAIS - Recolocarse con un salario inferior

Por si no fueran suficientes los despidos que se están llevando a cabo en nuestro país, las empresas amenazan con más. Así se desprende de la última encuesta elaborada por la consultora Mercer: el 72% de las compañías españolas a las que se ha consultado ha reducido personal en los últimos seis meses y el 75% pretende recortar más la plantilla en el próximo semestre.

Los datos oficiales son igual de contundentes: en los cuatro primeros meses de 2009 los expedientes de regulación de empleo (ERE) han afectado a más de 227.000 personas, 15 veces más que en igual periodo de 2008 y ya por encima del conjunto del ejercicio pasado. Y eso que, como dice el representante del sindicato CC OO Julián Iglesias, los ERE sólo representan un 5% de los despidos que se están produciendo en la actualidad en España.

Con tanta pérdida de empleo las empresas especializadas en la recolocación de trabajadores pensaban que iban a tenerse que quitar los encargos de las manos, más cuando hace algunos meses el Ministerio de Trabajo e Inmigración anunció que pretendía hacer obligatorios los planes sociales que deben incluir las compañías cuando presentan un ERE y, con ellos, los programas de recolocación de los empleados afectados. No ha podido ser. Ni una ni otra.

"Nuestro mercado no ha crecido tanto como esperábamos, con los expedientes de regulación disparados", asegura Marcos Huergo, director general de la firma especializada MOA BPI Group. "Y no lo ha hecho por dos razones, porque los ERE se están produciendo por causas económicas, con lo que las empresas que los presentan destinan el dinero que tienen a las indemnizaciones, no a los planes de recolocación. Y porque la ausencia de regulación favorece que las compañías dejen de desarrollar planes sociales con los que atender a la plantilla sujeta al ERE", explica. Es más, según Iglesias, "los planes sociales que recogen procesos de recolocación son pocos, la excepción".

Sí se está notando crecimiento en las recolocaciones que se derivan de los despidos individuales, mantiene Nekane Rodríguez, directora general de Creade Lee Hecht Harrison (Grupo Adecco) "porque estamos apreciando un cambio cultural en las compañías, que intentan preocuparse más por su gente, buscando yacimientos de empleo e invirtiendo en su formación".

Es el caso, por ejemplo, de Unilever, señala Huergo, que "con el cierre de

Frigo ha sido muy respetuosa con la plantilla afectada, que ha recolocado, trasladado o prejubilado". También el de Air France KLM. Al integrarse ambas líneas aéreas, el objetivo fue mantener a los 370 empleados existentes en España, muchos de los cuales fueron recolocados en otros puestos de trabajo o territorios, según su director de recursos humanos, Jean Jacques Riveiro.

Sólo una dirección estaba duplicada, precisamente la de recursos humanos, y por ello se decidió contratar a Creade para que le encontrara un empleo nuevo a quien la ocupaba. Y así ha sido. Tras participar en 10 procesos de selección en cinco meses, en mayo fichó por una empresa de gran consumo al frente de la dirección de recursos humanos. Un éxito, agrega Riveiro, ante la complicada coyuntura actual.

Y es que lo que sí se nota en un mercado como el laboral, en el que cuatro millones de personas se encuentran en paro, es que se tarda más tiempo en encontrar un puesto de trabajo en el que recolocar a los despedidos. Si el año pasado la media era de cuatro o cinco meses, ahora es de seis o siete; salvo para los directivos, que ha podido pasar de un año a dos, según Creade. Pero lo peor no es eso, lo peor es que los sueldos que se ofrecen en las posiciones a las que acceden los recolocados son inferiores a los que tenían de partida, y a igualdad de funciones y condiciones. En 2008, el 56% de los mandos intermedios y el 67% de los empleados de base recolocados por la empresa especializada de Adecco (en total 5.253 personas) percibían menos salario en su nuevo empleo. "Y se siguen reduciendo los sueldos. El recorte puede estar en torno al 20%", advierte Nekane Rodríguez.

Pero los candidatos están dispuestos a aceptarlo. Lo mismo que tienen que hacer cuando la empresa que se encarga del plan de recolocación -cuyo coste se sitúa entre 2.000 y 2.500 euros por persona si es un programa de grupo, y entre 5.000 y 10.000 euros si se trata de uno individual y generalmente de directivos o mandos intermedios- consigue destino laboral para el 80% de los candidatos, que hoy por hoy es lo normal.

Así lo cree Ana Isabel Beltrán, directora de contratación de Expo Zaragoza. La empresa pública estatal contrató a 400 personas como personal de estructura. Con el fin de que este personal especializado no dejase la sociedad antes de que se celebrase la exposición, les ofreció un plan de recolocación para cuando ésta concluyese. Al programa se han apuntado 165 personas desde septiembre, aunque serán algunas más las que se inscriban cuando la empresa se disuelva, explica Beltrán. Hasta ahora el 33% han sido recolocadas en puestos de trabajo análogos y la directiva espera que a finales de año sean unas 105 personas las que tengan un nuevo trabajo, "lo que sería una cifra muy positiva ante la situación de desempleo alarmante que hay", agrega.

Para Gamesa, cuyo departamento de recursos humanos se está encargando directamente del plan de recolocación de 36 de las personas que formaban parte de Gamesa Solar en Aznalcóllar, cuya actividad se extingue tras un ERE temporal, también es satisfactorio haber encontrado ya ubicación para 17 personas. La compañía espera cerrar en los próximos meses el programa habiendo colocado al 60% de los afectados.

Y seguramente también se sentirían igual de satisfechos los trabajadores que van a salir de

Nissan o Pirelli en Cataluña si sus respectivas empresas finalmente les incluyeran en un plan de recolocación, tal y como están negociando con MOA BPI Group, según explica Marcos Huergo. Porque es mejor tener trabajo, aunque sea peor remunerado, que no tenerlo. Para conseguirlo, las empresas de recolocación aconsejan a los empleados despedidos que no se pongan nerviosos, que juega en su contra en los procesos de selección, y que afronten las entrevistas de trabajo con una actitud positiva. Algo difícil si se tiene en cuenta que cada vez hay menos ofertas de empleo.

http://www.elpais.com/articulo/servicios/Recolocarse/salario/inferior/elpep ueconeg/20090628elpnegser_1/Tes

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