La conciliación entre la vida personal y profesional es todavía una asignatura pendiente en Europa. Las empresas europeas siguen estando aún muy por debajo de las demandas de sus trabajadores en cuanto a medidas que faciliten esta conciliación, tal y como expone un reciente análisis de Cátenon Worldwide Executive Search, firma europea dedicada a la búsqueda global de profesionales.
En España la situación no es diferente. De hecho nuestro país es, con un inversión del 0,8% del PIB, uno de los países europeos que menos invierte en ayudas a la familia. Del informe se extrae además que no llegan al 5% las compañías que prestan algún servicio de guardería para los hijos de sus empleados y que sólo una de cada diez ofrece medidas de flexibilización horaria, demandadas por tres de cada cuatro empleados consultados en el “Estudio Anual Cátenon de Satisfacción Laboral y Calidad de Vida 2007”.
Empresas más competitivas para atraer a los mejores
Contar con el mejor equipo humano es la clave del éxito y la más potente ventaja competitiva en este siglo XXI, según el estudio. Y es que las compañías ya no compiten solamente por producto o tecnología, sobre todo en un contexto en el que se incrementa la competencia y los clientes son más exigentes formados por el acceso rápido a la información.
De ahí que Cátenon considere que las empresas deben ser muy proactivas e innovar en la oferta de servicios a sus empleados, que cada vez más valoran la calidad de vida a la hora de cambiarse de trabajo o a la hora de permanecer en su ocupación actual. Recomiendan a las empresas europeas, asimismo, que se conciencien cuanto antes del cambio de escenario mundial que les obliga a superar ‘clichés’ como el horario único de trabajo para todos los empleados, pues es ahí donde conseguirán ser más atractivas como posible destino laboral de los mejores profesionales actuales.
Los países nórdicos a la cabeza en flexibilidad horaria
Según los consultores de Cátenon, son mayoría las empresas de Finlandia, Suecia y Dinamarca que ofrecen a sus trabajadores algún tipo de medida que les permita flexibilizar su horario, ya sea mediante la flexibilidad en las horas de entrada y salida diarias, en la acumulación de tiempo trabajado que se puede canjear por tiempo de vacaciones, o en la opción de decidir de manera completamente flexible sus horas de trabajo a lo largo del año. Países como Grecia, Portugal y España son, sin embargo, mucho menos receptivos a las demandas de los trabajadores sobre la flexibilidad horaria, y apenas llegan al 10 ó 15% las empresas que han establecido algún tipo de medida en este sentido.
Cátenon resalta negativamente la escasa disposición de las compañías europeas a escuchar a sus empleados en la adopción de medidas que favorezcan la conciliación entre vida personal y profesional. Según se recoge en el estudio, casi tres de cada cuatro empleados consideran la “flexibilidad horaria” como una de las medidas más valoradas para conseguir un mayor equilibrio entre su vida personal y profesional, mientras que casi uno de cada dos trabajadores reivindica la “distribución libre de las horas de trabajo a lo largo del año”. Por ello, resulta llamativo para los autores del estudio que las compañías europeas sigan aferrándose a la rigidez de horarios que presidía la actividad económica en décadas pasadas.
Trabajar más no es sinónimo de mayor productividad
Los europeos trabajan de media 1.644 horas al año, con variaciones que oscilan desde las 1.798 horas trabajadas de los españoles a las 1.355 horas de los holandeses. Sin embargo, para Cátenon no hay relación directa entre las horas que se está en el puesto de trabajo y la productividad. Consideran que las empresas avanzadas en políticas de conciliación -y en las que se suele trabajar menos horas que la media del país en el que operan-, reciben una compensación directa en la entrega de rendimiento de sus empleados, que sienten mayor responsabilidad hacia su empleador e invierten su tiempo de forma más rentable. Por el contrario, las empresas con un largo horario laboral anual son casi siempre las que presentan mayores niveles de absentismo y mayores índices de estrés y falta de motivación en su plantilla.
Insuficientes ayudas de los gobiernos europeos a las familias
Salvo algunos países de la UE, los gobiernos europeos tienen también mucho terreno por recorrer en cuanto al volumen de inversión que destinan a ayudar a las familias. En este capítulo, de nuevo los países nórdicos son los que mayor esfuerzo realizan, con Dinamarca y Luxemburgo a la cabeza, que destinan el 3,9 y el 3,8% de su PIB, respectivamente, a ayudar a las familias.
En la banda media, con un 3% del PIB, están Suecia, Alemania, Finlandia y Austria, mientras que Francia, Hungría e Irlanda destinan un 2,5% de su PIB a ayudas familiares. Entre los países que menos invierten en ayudas a sus familias, por debajo de la media del 2,2% de la UE, destacan Grecia y Reino Unido (1,7% del PIB), los Países Bajos (1,3), Portugal (1,2), Italia (1,1), Polonia (0,9) y, por último, España, con una inversión del 0,8% de su PIB.
Permisos de paternidad, un camino por recorrer
Dado que los permisos de maternidad son una de las medidas con un mayor desarrollo histórico en todos los gobiernos europeos, los avances de unos y otros países han alcanzado un nivel bastante aceptable en términos generales. Sin embargo, en cuanto a los permisos de paternidad, los miembros de la UE aún tienen un gran camino por recorrer.
En este terreno, los países nórdicos son de nuevo los más avanzados, con un permiso destinado en exclusiva a los hombres -sin que se pueda transferir a la madre-, para fomentar su participación en el cuidado de los hijos. Es un permiso remunerado al 100%, que si no se usa se pierde, y su duración va de cuatro a seis semanas. Otros países como Francia, España y Reino Unido se han sumado a esta medida con iniciativas similares, pero el estudio expone que sigue siendo aún necesario potenciar la corresponsabilidad de madre y padre en el cuidado de los niños, lo que lleva a demandar a los gobiernos mayor dedicación en el diseño de medidas que contribuyan a mejorar este balance.
Innovación en la oferta de guarderías
Según el documento, la situación en el terreno de la oferta de algún tipo de servicio de guardería es “lamentable” en toda Europa, con muy poca variación entre los distintos países. Se podría estimar en menos del 5% el número total de empresas europeas que proporcionan a sus trabajadores algún tipo de facilidad relacionada con el cuidado diario de sus hijos, ya sea por medio de ‘vales’ o ayudas salariales específicamente destinadas al pago de guarderías, o bien mediante el establecimiento de un servicio de guardería específico dentro de las instalaciones de la propia empresa. Entre los países europeos, destaca el ejemplo de Holanda, en donde una de cada cinco empresas dispone de algún tipo de solución de guardería para sus empleados; en los demás países, la existencia de una solución al cuidado de los más pequeños es una realidad a la que se acogen menos del 10% de las compañías.
La situación en España es idéntica a la del resto de países europeos, en donde sólo algunas grandes empresas disponen de guardería para hijos de empleados, y éstas se ubican únicamente en los centros que tienen más de 300 ó 400 trabajadores. Pero si en otros capítulos son las compañías quienes deberían incluir esta medida en sus políticas de responsabilidad social corporativa, Cátenon considera que en esta materia, los gobiernos están igualmente muy obligados a reaccionar pronto con disposiciones concretas que palíen este problema que afecta a una parte importante de la sociedad.
Si empresas con un abundante número de empleados en plantilla tienen la capacidad de diseñar y mantener centros homologados que funcionen como guarderías dentro de las oficinas centrales, las compañías con menos de 100 empleados no se puede n permitir dicha medida. Así, el colectivo de pymes de cada país, que aglutina a la mayor parte de los trabajadores de Europa, necesita medidas directas de los estamentos gubernamentales correspondientes para poder hacer frente a esta importante demanda de la sociedad. Sólo con medidas regionales, estatales o europeas que favorezcan el cuidado de los hijos de corta edad, las empresas podrán ayudar a sus empleados a solucionar este trastorno sin que éstos tengan que recurrir a la ayuda de familiares cercanos en etapa de jubilación.
http://www.aprendemas.com/Noticias/html/N2552_F03082007.HTML
No hay comentarios:
Publicar un comentario