lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Dónde están los parados que faltan?

La contabilidad creativa que mide las cifras de desempleados no sólo implica una manipulación interesada que trata de maquillar la consecuencia más drámatica de la crisis. Además, desconocer la magnitud real de un problema no es la mejor manera de poner los medios para resolverlo.

El baile de cifras tiene su origen en los objetivos y metodologías propios de cada sistema de medición: la Encuesta de Población Activa (EPA) mide conjuntamente la población activa, la ocupada y la parada, mientras que el Servicio Público de Empleo Estatal hace su medición teniendo en cuenta el número de personas que se registran como parados en el antiguo Inem, aunque excluye a ciertos colectivos demandantes –los Denos, demandantes de empleo no ocupados–, una engañosa criba que abre un abismo entre una y otra medición.

Como Expansión & Empleo hacía notar este fin de semana, el colectivo de Denos y otros colectivos de parados cuya casuística también les exluye de las listas alcanza a 714.478 personas que, sumadas a los 3.709.447 que sí computan como desempleados en los registros del SPEE, dan como resultado una bolsa de 4.423.925 parados, lo que supera incluso las estimaciones de la EPA. Y aunque los autónomos no suelen acudir a los servicios públicos de empleo –este colectivo no tiene actualmente derecho a una prestación por cese de actividad–, lo cierto es que a finales de 2009 podrían ser 200.000 los que se hayan quedado en paro este año. Sin olvidar el efecto desánimo, que hace que cada vez más personas abandonen la búsqueda de empleo.

Bien o mal contadas, estas cifras de paro deberían llevar a un nivel de conflictividad social nunca visto, que si algo lo contiene, además de la laxitud sindical, es el hecho de que un cuarto de la fuerza laboral española vive de la economía sumergida. De los polvos de este mercado sumergido vienen los lodos de la imposibilidad de liberalizar la contratación, la creación de empresas o la adecuación de los empleos a las especificidades de cada trabajador. El hecho es que el volumen de paro en España parece tener mejor acomodo en una tasa del 19,3%, según las mediciones Eurostat, la oficina de estadísticas de la UE, que también nos sitúa como líderes en paro de larga duración. Una lacra estructural que resulta de la rigidez regulatoria del mercado laboral.

Publicado en: http://www.expansion.com/2009/11/01/opinion/1257106035.html

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