Adiós, ladrillo adiós. Los españoles ya tienen claro que el tren del sector inmobiliario y de la construcción tuvieron su momento de gloria en nuestro país, dejaron pingües beneficios en muchos bolsillos, y que ahora el panorama es bien distinto. Que la crisis afecta a todos, en mayor o menor medida, también es un hecho. Los titulares de las noticias no dan tregua cuando cada día informan del aumento del paro, de la quiebra de empresas, de la falta de financiación, de la escasez de medidas por parte del Gobierno para poner fin a los varapalos a los bolsillos de los españoles...
Pero, lejos de ser catastrofistas con cifras al rojo vivo, tal y como invita la dura realidad por cierto, tratemos de poner un poco de luz en la inmensa oscuridad de nuestra incierta economía. Si bien es verdad que la construcción se apeó del tren del progreso, ¿qué sectores son los que, en las actuales circunstancias, servirán de motores en nuestra economía?
Los distintos analistas consultados por EMPRESA parten de la premisa de que el sector inmobiliario no volverá a ser lo que fue pero, es más, no habrá ningún sector que consiga las cifras de negocio que logró el inmobiliario. Pero, para dar respuesta a lo que califican como «la pregunta del millón», los expertos recomiendan comenzar por hacer un ejercicio de reflexión y echar la vista atrás. El ejercicio en cuestión consiste en determinar qué empresas españolas dieron el paso de salir fuera de nuestras fronteras hace quince años y tienen actualmente un buen posicionamiento. En este caso, destacan compañías como BBVA y Santander, «es decir, que podemos asegurar que la banca española, que goza de buena salud y está soportando mejor que otros países la crisis, generará una gran productividad porque está representada por empresas muy eficientes en la gestión», asegura Rafael Pampillón, economista de IE Business School.
Siguiendo con el mismo ejercicio, Pampillón destaca también los sectores de ingeniería de proyectos e infraestructuras como pilares para nuestra economía debido al enorme tirón que tienen también fuera de nuestras fronteras.
Pampillón destaca también los sectores de ingeniería de proyectos e infraestructuras como pilares para nuestra economía debido al enorme tirón que tienen también fuera de nuestras fronteras.
Sin fronteras, y como motor económico, también se presenta el sector de las telecomunicaciones que según el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el presidente consejero delegado de Vodafone España, Francisco Román, goza de buena salud, ya que España ocupa un lugar de privilegio en el desarrolllo de la banda ancha móvil entre los países de la OCDE. «La industria móvil contribuye a los más de 85.000 empleos directos que da el sector —asegura Román—. Además, la telefonía móvil no ha pedido ayudas públicas».
Imprescindibles
El sector tecnológico es, por tanto, puntero puesto que la naturaleza de sus productos y servicios es tan esencial que difícilmente son prescindibles. «Cuesta imaginar que alguien prescinda del teléfono móvil por la crisis, ¿verdad?», se plantea Jesús Banegas, presidente de la Asociación de Empresas de Tecnología de la Información y Comunicación (Aetic). Para Banegas este sector es, sin duda, un claro motor para la economía ya que las distintas tecnologías que se emplean en las empresas son necesarias para que la entidad no pierda eficiencia y productividad y, por tanto, quede fuera del mercado. «Además —añade Banegas— el futuro del sector está garantizado porque sus productos y servicios se renuevan constantemente y las compañías tienen que actualizarse para mantener su competitividad. Es decir, que la utilidad de las aplicaciones, la mejora de la competitividad empresarial y la fuerza de la innovación constante hacen que el sector tenga mucha fuerza para seguir creciendo y generar riqueza en todos los sectores económicos».
Entre las ventajas que presentan las tecnologías destaca, según el presidente de Aetic, el empleo que genera. «El que se forme y adquiera las destrezas y conocimientos necesarios tendrá empleo de por vida porque todos los ámbitos empresariales se relacionan con las tecnologías de una forma y otra. Por ello —añade Jesús Banegas— solicitamos al Gobierno que no sólo ayude a los sectores en crisis, sino a aquellos que son un claro soporte para la economía».
Entre las ventajas que presentan las tecnologías destaca, según el presidente de Aetic, el empleo que genera.
En relación directa con las TIC, José Pérez, director general de Asimelec (Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones), señala que la televisión digital terreste (TDT) supone un gran impulso económico. «El cambio a la TDT afecta desde a los radiodifusores —ya que habrá otros modelos de publicidad porque aumenta el número de canales—, a las infraestructuras —para dar cobertura a todos los españoles—, a los sistemas de adaptación de antenas, a los fabricantes de equipos —porque no todos llevan decodificadores—, e, incluso, afecta a las empresas de software que desarrollan sistemas de interactividad para, por ejemplo, poder pedir cita al médico a través de la tele». Según José Pérez existe un amplio espectro de empresas que a partir del apagón tecnológico, el 3 de abril de 2010, verán aumentada su actividad económica, tal y como está ocurriendo en otros países que nos llevan la delantera en este asunto, como son Italia y Reino Unido.
Los analistas también coinciden en apuntar al sector energético, en el que se requiere grandes dosis de inversión, sobre todo en energías «verdes» según señalan. Todo lo que esté orientado a crecer de manera sostenible mediante sistemas de producción de energía, tiene una gran salida. «Hay un gran campo de alternativas para producir energía eficiente y amigable con el medio ambiente —señala Jordi Vinaixa, director académico del Instituto de Iniciativas Emprendedoras de Esade—». España destaca ya en energía eólica, pero hay otros campos, incluso más económicos, con desarrollos muy grandes como la utilización de olas y mareas para producir energía.
Vinaixa apunta que hay investigaciones en fase experimental y en cuanto arranquen serán un gran filón. «En Esade se ha presentado un proyecto experimental para el desarrollo de jatrofa, una planta muy interesante —asegura el director académico— porque no es comestible y crece en terrenos poco aptos para otras plantas que sí lo son —lo que no perjudica ni siquiera al coste de éstas últimas—, y cuenta con la peculiaridad de que produce combustible biodiésel».
El medio ambiente también es una apuesta con mucho recorrido, según Jordi Vinaixa. En este sentido tendrán un gran éxito aquellas acciones encaminadas a la reducción de residuos en los diferentes campos de trabajo, como el farmacéutico. También aquellas actividades que tengan relación con la menor utilización del papel. En este sentido, internet se presenta como un gran filón a la hora de hacer negocios porque, aunque sea relativamente fácil montar un negocio en internet, lo difícil es que salga bien y se gane dinero con ello. «Los empresarios que sepan hacerlo bien ganarán mucho dinero y generarán nuevos negocios porque en este soporte van en cadena», afirma Vinaixa.
Vinaixa apunta que hay investigaciones en fase experimental y en cuanto arranquen serán un gran filón
Otros sectores que se van a mantener saneados durante la crisis son el farmacéutico y la sanidad en general, pero también y muy en particular aquellos servicios dirigidos a la atención de personas mayores y con dependencia, ya que hay una gran demanda de soluciones para resolver situaciones dramáticas y mejorar su calidad de vida.
Servicios a tercera edad
Rafael Pampillón, de IE, coincide en que la salida de la crisis en España pasa también por el desarrollo del sector servicios, en el que España es muy competitiva, pero aún va más allá. «La mayor parte de la inversión española en el exterior está en los sectores bancario, distribución, ingeniería, pero también en la gestión de infraestructuras (aeropuertos, autopistas...), gestión de aguas, basuras, electricidad, hoteles, producción y distribución de energía, energías renovables, construcción de viviendas y de obras públicas, etc.».
A pesar de que en momentos de crisis, uno de los primeros recortes que realizan las empresas son los gastos en formación, diversos expertos aseguran que en lo que respecta a programas MBA, tienden a una mayor demanda. En el caso de los profesionales que se quedan en paro, los postgrados les ayudan a ocupar su tiempo libre para formarse y dar un empujón a su trayectoria, ya que les dota de un valor añadido que les facilitará encontrar un empleo cuando la competencia es mayor porque hay más candidatos a un puesto. Al mismo tiempo, los profesionales en activo, ven en los MBA una oportunidad de ser más competitivos para progresar en su trayectoria.
Publicado en: http://www.abc.es/20090308/economia-economia/vida-tras-ladrillo-20090308043 7.html
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